Mi embarazo y sus complicaciones

¡Por fin de nuevo por aquí! Espero que de manera constante… me gustaría llegar al ritmo al que estaba acostumbrada hace casi un año cuando escribía casi a diario. ¿El motivo de mi «retirada» del blog? Mi embarazo y reciente maternidad de la que os quiero contar un poco como ha sido mi experiencia.

He tardado bastante en escribir sobre el tema de mi embarazo y de las complicaciones que tuve con él. Durante el embarazo apenas tenía ganas de escribir y con la llegada de Celia no he tenido tiempo para más. Ahora Celia tiene casi dos meses y la cosa se va normalizando en casa, por fin comienzo a tener algo de tiempo para mí.

¡Embarazada y sumando kilos!

Cuando supe que estaba embarazada creí que todo sería un camino de rosas y como todos dicen, sería una de las experiencias más bonitas de mi vida, pues no, ni mucho menos fue bonita ni agradable. Eso sí veo la cara de mi niña y se me quita cualquier dolor pasado, pero no, no se olvida.

Seguro que las que hayáis tenido un embarazo complicado me entenderéis a la perfección cuando os cuente como transcurrió todo durante mis 38 semanas de embarazo.

Siempre he sido muy regular con mis menstruaciones, con lo cual en cuanto tuve dos días de retraso supe que estaba embarazada, no obstante quedaba confirmarlo. Recuerdo que era viernes santo y busqué una farmacia de guardia para poder comprar el test de embarazo y… ¡No fallo! ¡Estaba embarazada!

Aunque no fue un embarazo planificado con mi pareja, tampoco estábamos usando ningún método anticonceptivo desde hacía algunos meses, tenía 38 años y pensé que aquello tardaría mucho en llegar, y si es que llegaba, pensaba que igual ya se me había ido el tiempo para poder concebir, es decir, que se me había pasado el arroz ¡Bingo! ¡Embarazo a la vista y mi casa aun sin las cortinas colocadas! Aunque fue un tanto precipitado para mí, estaba feliz, ¡por supuesto! Me sentía la mujer más dichosa del mundo. Desde aquel mismo momento solo pensaba en mi niña, en como sería y en lo mucho que la quería sin conocerla.

Cuando comenzaron los problemas con el embarazo y el diagnóstico

Pasaron apenas dos semanas desde que confirmé mi embarazo y ya se me notaba la tripa. Había perdido la cintura por completo y ya había cogido algunos kilos de más, cosa que me extrañó, ya que me estaba cuidando más que nunca y llevaba una alimentación excelente.

Los kilos comenzaron a subir, incluso dos y tres por semana, ¿el resultado a las 38 semanas de embarazo? 24 kilos de más. Y ahí no quedaba la cosa, lo peor era la barriga, una barriga con un peso enorme con la cual apenas podía caminar y las rodillas me temblaban al poderme de pie.

Las últimas tres semanas de embarazo ya no podía más y la tensión arterial se me disparó. Siempre he sido de tensión muy baja y por aquel entonces la tensión superaba lo permitido 140/90. Tras varias visitas a urgencias me recetaron unas pastillas para controlarla y así fue, tensión bajo control, pero… continuaba sintiéndome muy mal.

tensión alta en el embarazo

Pasé muchísimo miedo y más por mi pequeña que por mí misma. No quería contarle nada a nadie, ni a mi pareja, ni a mi familia. Perdía la vista en algunos momentos, unos destellos de luz me impedían ver en algunas ocasiones. Finalmente, y tras varias visitas de urgencias, me dejaron ingresada para saber exactamente qué podía pasarme y tener a la niña en monitores, bajo control.

Tras dos días de ingreso en el hospital se confirmó el diagnóstico, preeclampsia leve, tardía, pensé y ¡tan tardía! Llevaba semanas con ese malestar y nadie sabía nada.

La preeclampsiapreeclampsia toxemia (PET) o hipertensión inducida por el embarazo proteinúrica (HIEP) es un síndrome específico del embarazo que consiste básicamente en la aparición de hipertensión arterial después de la vigésima semana de gestación y la presencia de niveles elevados de proteína en la orina (proteinuria).
Puede desembocar en una eclampsia, con daño a los riñones, hígado y cerebro.

Rápidamente, me dijeron que tenían que inducirme el parto, antes de que todo empeorase, estaba entonces de 38 semanas…

Y aquí corto para no alargar mucho este tema, en nada os cuento sobre el nacimiento de Celia, como fue todo, la cesárea y las complicaciones que tuvimos ambas.

Y no me quería despedir sin esta cita tan bonita…

Dar a luz es el único dolor en la vida que vale la pena sufrir

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2 Comentarios

  1. 19 enero, 2019 / 10:31 pm

    Yo también tuve preclampsia y fue a las 37 semanas y media. Me programaron el parto a las 38 y media. A mí en cambio no se me notó la barriga hasta bien avanzado el embarazo.

    La preclampsia es lo que va antes de la eclampsia y te puedes quedar en coma y desaparecer del mapa (madre y bebé). Recuerdo esos destellos en la vista… Médico y pediatra me dijeron que era lo peor que le puede pasar a una embarazada. Yo me pasé el parto sin creerme que seguía en el mundo y sin saber cómo salir de aquello. Y paro de contar… Me alegro de que Celia y tú estéis bien. Mil besos

  2. 20 enero, 2019 / 9:16 am

    Nos venden mucho mito alrededor de que el embarazo es una época preciosa. Puede serlo, pero no olvidemos que no deja de ser una etapa brutal para el cuerpo de una mujer porque se altera todo. Yo cogía 25 kilos en cada embarazo, pero la culpa era mía y sólo mía: me daba mucha hambre y mucho sueño, así que ya puedes imaginar. Menos mal que dando pecho, dejaba el peso.
    En fin, vendré a leer el resto, me alegro mucho de tu vuelta.
    Un besito.