Di adiós a los signos del mal humor en tu rostro
Fruncir el ceño es un gesto que expresa enfado, mal humor, preocupación, y, por tanto, las arrugas que se forman por la repetición de este gesto imprimen al rostro de unas secuelas poco positivas y nada relajadas. Fruncirlo no favorece y las arrugas que se forman ahí, menos. Además, el entrecejo “sustenta” la mirada y por eso, cuando se arruga, deforma la belleza de los ojos y da un aspecto malhumorado y cansado a quien lo “luce”, o sea, termina el encanto del canto, ese que dice “qué bonitos ojos tienes debajo de esas dos cejas” Cierto que los movimientos de la cara, ya sea en su vertiente puramente fisiológica…